I
o flotar sobre el rechazo del tiempo,
y el abrazo es posible a orillas del sueño,
es decir,
sentarse en el polvo es esperanza y rebelión,
y lo que importa amanece en la quietud,
como pájaro que canta y baila,
en los colores del viento.
II
Son quizás, las sombras de tu sol,
cuando el mundo es ancho, y nuevo,
y el instante es apenas un firmamento,
algo rojo, algo ajeno,
y de tus manos crecen frutas,
insospechadas,
dulces y eternas,
como la tarde lenta.
III
El verde que camina hacia el árbol,
es lo inesperado, siempre,
como la mirada de la infancia,
la madre y su vientre bueno,
pariendo cielos para que sea lluvia,
para que broten pájaros, y silencios,
de esta tierra, que aún palpita.
Nelson Pérez, Buenos Aires
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